Si...
Rudyard
Kipling
Traducción:
Oscar Bonilla
Si puedes mantener el
juicio cuando todos a tu alrededor
Pierden el suyo y te
culpan de ello a ti,
Si puedes confiar en ti
mismo cuando los demás dudan,
Sabiendo aceptar sus
dudas bien;
Si puedes esperar y no
desanimarte por la espera,
O recibir mentiras sin
volverte un mentiroso,
O ser odiado sin dar
lugar al odio,
Y todo ello sin darte aires
ni hablar como un sabiondo:
Si puedes soñar —sin
hacer del sueño un amo;
Si puedes pensar—y no
hacer del pensamiento tú único objetivo;
Si puedes encontrar al
Triunfo y al Desastre
Y dar el mismo trato a
ambos impostores;
Si puedes tolerar el
escuchar verdades que tú has dicho
Tergiversadas por
canallas para hacer de ellas trampas para tontos,
Si puedes tolerar el
ver cosas a las que has dado tu vida, rotas,
Y detenerte para volver
a construirlas con gastadas herramientas:
Si puedes hacer un
hatillo de todas tus ganancias
Y arriesgarlo todo al
lanzar una moneda,
Perder y empezar de
nuevo en cero
Sin hablar jamás de tu
tragedia;
Si puedes forzar a tu corazón,
tus nervios y tendones
A servirte mucho tiempo
después de que se han ido,
A quedarse cuando no
hay nada más en ti
Salvo la Voluntad que
dice: “¡Aguanta!”
Si puedes hablar con
multitudes y conservar tu virtud,
O caminar entre reyes—sin
perder la sencillez,
Si ni enemigo ni adorado
amigo pueden herirte,
Si todos los hombres
pueden contar contigo, pero ninguno demasiado;
Si puedes llenar el
minuto implacable
Con sesenta segundos de
distancia recorrida,
Entonces tuya será la
tierra y todo lo que en ella hay,
¡Y —más importante aún—serás,
hijo mío, un hombre!
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