"Imágenes
recientes muestran indicios de que se está desarrollando una pared del ojo
concéntrica, es decir: un ojo dentro del ojo del huracán, un anillo de
tormentas convectivas, que es donde ocurren las segundas condiciones más
severas en el ciclón”.
El viernes amanecimos de cara a un día raro y gris. Lo leímos en los portales de noticias, a través de nuestros smartphones, estaba en todas las redes sociales: ese cielo gris, sin nubes —extraño en un desierto como el nuestro— no era, como intuimos al principio, producto de las chimeneas industriales que se ven desde el tercer piso de la facultad y que escupen nubes de residuos que llegan a bloquear la vista a los cerros que cercan la ciudad, se trataba, en cambio, de un huracán que se aproximaba hacia nosotros.
El viernes amanecimos de cara a un día raro y gris. Lo leímos en los portales de noticias, a través de nuestros smartphones, estaba en todas las redes sociales: ese cielo gris, sin nubes —extraño en un desierto como el nuestro— no era, como intuimos al principio, producto de las chimeneas industriales que se ven desde el tercer piso de la facultad y que escupen nubes de residuos que llegan a bloquear la vista a los cerros que cercan la ciudad, se trataba, en cambio, de un huracán que se aproximaba hacia nosotros.
Nos alarmamos. “Uno de los huracanes más fuertes de la historia se dirige al país, golpeara a mitad de la tarde” Lo escuchamos, lo leímos en Facebook, en la televisión. Incluso el cielo enrarecido anunciaba el desastre.
Sin embargo, estamos lejos de la zona de peligro. Esa zona
que, según el discurso del presidente, ya fue evacuada. Espero que sea así, que
se tomen todas las precauciones necesarias, que ninguna persona muera, que las
autoridades civiles y militares hagan su trabajo y la sociedad atienda.
Eso es lo que espero este viernes por la noche, mientras escribo en este documento de Word. Afuera los árboles se sacuden con la lluvia; las naranjas caen y la gente duerme.
Eso es lo que espero este viernes por la noche, mientras escribo en este documento de Word. Afuera los árboles se sacuden con la lluvia; las naranjas caen y la gente duerme.
Viernes, 23 de octubre del 2015.
Actualización: llegaron
la mañana y las noticias felices, tan raras en el país. Una serie de factores
aleatorios concurrieron para evitar la desgracia. Yo no sé de esas cosas,
y no puedo explicarlo. Fue cuestión de física, de presión, del terreno donde el
huracán hizo contacto con la tierra. Las autoridades, contra todo pronóstico
también, actuaron de forma adecuada. (Dos misterios al hilo y contando).
P.D. la semana
pasada, llegamos al futuro, o Marty McFly lo hizo en su DeLorean y me pasó
dormido, como a veces me pasa la navidad.